LA SALUD REFLEJO DE LA COMUNICACIÓN

 

Por Cynthya Ayala Aybar

ACS COMMUNICARE

 

“(…) ningún programa de salud que pretenda abarcar a sectores sociales cada vez más amplios

puede siquiera pensarse al margen de la comunicación. La comunicación es imprescindible para ganarle tiempo al tiempo, para recuperar el tiempo perdido, para resolver a contrarreloj la gravísima situación que se vive y se muere” (Gumucio, 2002).

 

No es posible concebir el desarrollo humano sin tener en cuenta la comunicación. La educación, la salud, la protección social e ingresos, las libertades personales, etc. son dimensiones del desarrollo que en su afán de eficacia y eficiencia han transversalizado los procesos de la comunicación. Un claro ejemplo es la comunicación en salud, perspectiva que explica el abordaje de las personas y las comunidades para gestionar la salud.

 

La comunicación en salud ha ido evolucionando durante las últimas décadas, sin embargo, en la práctica sucede todo lo contrario. En los 90 se concebía a la comunicación como un instrumento para la difusión de información, el acceso y uso de las tecnologías. Esta perspectiva instrumentalista de la comunicación persiste en las instituciones que gestionan la salud, por ello nos preguntamos ¿Cómo se concibe a la comunicación en salud en la campaña nacional contra el dengue implementado por el Ministerio de Salud (MINSA)? ¿Qué tipo de enfoque y cómo se está contextualizándose en las regiones del país, caso VRAEM?. Al respecto, el presente artículo analizará de manera general una campaña de comunicación en el contexto del VRAEM (La Mar, Ayacucho) para determinar el enfoque de comunicación durante su implementación en el 2016.

 

Comunicación en Salud

Para la comprensión de este enfoque es necesario definir la comunicación. Para Gumucio (2002) existe una gran diferencia entre comunicación e información. La primera es un proceso participativo que tiene la intención de fortalecer las capacidades de las personas y comunidades para ser agentes de cambio; mientras que la información tiene objetivos puntuales e inmediatos, que se establece en un ámbito coyuntural y hace uso de los medios masivos, es decir, es mediado por las tecnologías (radio, televisión, prensa y redes sociales). Sin embargo, existe una complementariedad en el trabajo comunicacional; siempre en cuando que la primera debe privilegiarse frente a la segunda.

 

Al respecto, por años se ha sobrevalorado el impacto de los medios de información en las personas. Esto ha invisibilizado a las personas como sujeto de comunicación. Desde esta mirada la comunicación para la salud, entendida como proceso de diálogo, deja de ser una responsabilidad concentrada en acciones mediáticas, en las instancias del gobierno o de los organismos internacionales especializados, para  involucrar a los ciudadanos como agentes primarios con voz sobre su salud (Gumucio, 2002).

 

Entonces la implementación de la comunicación en salud es antes que nada un proceso dialógico participativo que reconoce en las personas  y comunidades sus capacidades de reflexionar y decidir sobre los problemas que los afectan para construir compromisos conscientes de las comunidades y organizaciones.

 

Campaña nacional para prevenir el dengue

En octubre del 2016 el Ministerio de Salud lanzó la campaña nacional de prevención “Mi casa sin zancudos” con el objetivo de buscar que la población logre identificar, seleccionar y eliminar los posibles criaderos donde se reproduce el zancudo del dengue.

 

¿Qué es el dengue? Para la OMS (2016) el dengue es una enfermedad vírica transmitida por mosquitos; asimismo, a diferencia de otros mosquitos el Aedes aegypti —principal vector del dengue— pica durante el día. Este zancudo deposita sus huevos en lugares donde se almacena el agua y se reproduce con gran facilidad cuando aumenta la temperatura y las lluvias.

 

Las regiones con altas temperaturas y lluvias como: Piura, La Libertad, San Martín, Lambayeque, Loreto, Tumbes, Ucayali, Tacna, Lima, Madre de Dios y Cajamarca (Jaén), sin dejar de lado lugares históricamente epidemiológicos como el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), fueron focalizadas para la campaña.

 

CAMPAÑA: “MI CASA SIN ZANCUDOS”

Según el portal web del MINSA (2016), la campaña se denominó “Mi casa sin zancudos”. Para este caso se elaboraron productos comunicacionales como: spot publicitario para televisión y material gráfico (banderolas, calendario, díptico, dummies, gigantografía, imantado, mandil, pasacalles, roller y sticker). Los mensajes fueron emitidos en medios de alcance nacional y regional, de la misma manera el material gráfico publicado en las redes sociales (Facebook, Twitter y canal de Youtube) a cargo del MINSA.

 

Por ejemplo, en las gigantografías el mensaje fue: Lava, escobilla y tapa bien los recipientes en los que almacenas el agua; identifica, selecciona y elimina los objetos que acumulen agua; permite que el personal de salud ingrese a tu vivienda para colocar el larvicida. En el díptico, publicado en la web del MINSA, el mensaje que resalta es: aplícate repelente en la piel expuesta y sobre la ropa cada 4 horas. Usa ropa de manga larga y pantalón. Usa mosquiteros en tu cama para dormir. Mantén las ventanas y puertas con mallas. Usa condón correctamente cada que tengas relaciones sexuales, etc.

 

Análisis de los mensajes

Si bien los mensajes descritos están orientados a lograr un objetivo en particular, para la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2016) estos mensajes resultarían difusionistas y según Martínez y Orozco (2015) estarían orientados a informar, influir a las audiencias a nivel personal  y colectivo, generalmente al cambio de comportamientos.

 

Asimismo, la campaña centrada en la difusión y/o transmisión de mensajes no habría tomado en cuenta otros elementos como los determinantes sociales de la salud; es decir las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud, circunstancias que dependen de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel del país y de las regiones; es decir el contexto y entorno de las personas.

 

Promoción de la salud

Otro elemento a tener en cuenta es la promoción de la salud, el cual permite que las personas tengan un mayor control de su propia salud, incluye una amplia gama de intervenciones sociales y ambientales orientadas a beneficiar y proteger la salud y la calidad de vida individual mediante la prevención y solución de las causas primordiales de los problemas de salud, y no centrándose únicamente en el tratamiento y la curación. (OMS, 2016 y Zas, s. f.)

 

Un componente de la promoción de la salud es la educación sanitaria. Este componente consiste en que las personas adquirirán conocimientos, aptitudes e información que les permitan elegir opciones saludables, por ejemplo con respecto a su alimentación y a los servicios de salud que necesitan. Ello implica tener la oportunidad de elegir estas opciones y gozar de un entorno en el que puedan demandar nuevas medidas normativas que sigan mejorando su salud.

 

Otro componente son las ciudades y/o comunidades saludables. Esto reside en la capacidad de liderazgo de las municipalidades para la planificación urbana saludable y la puesta en práctica de la medidas preventivas en las comunidades y en los centros de atención primaria (OMS, 2016).

 

A diferencia de la promoción de la salud, la prevención de enfermedades  está relacionado con las medidas orientadas a reducir los factores de riesgo; es decir, un factor adverso aumenta la probabilidad de un resultado desfavorable, prevenir la aparición de enfermedades y detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida (WHO, 1998).

 

Al respecto, la prevención primaria está dirigida a evitar la aparición inicial de una enfermedad o dolencia; la secundaria y terciaria tiene por objeto detener o retardar la enfermedad presente y sus efectos mediante la detección precoz y el tratamiento adecuado o reducir los casos de reaparición de la enfermedad y el establecimiento de la cronicidad, por ejemplo, mediante una rehabilitación eficaz.

 

No obstante, la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud son elementos complementarios, aunque muchas veces se confunde y se pone en mismo nivel. La diferencia más marcada puede ser que sus acciones  normalmente se originan del sector sanitario, y que considera a los individuos y las poblaciones como expuestos a factores de riesgo identificables y asociados a diferentes comportamientos de riesgo. 

 

CASO: VRAEM

Para el caso particular del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la prevención del dengue resulta más allá de los mensajes mediatizados que se reducen a: “identificar, seleccionar y eliminar los criaderos de zancudo”; la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades desencadena todo un análisis del inequitativo sistema de salud y de las personas.

 

Por ejemplo, para la OMS (2004) los determinantes sociales de la salud constituyen inequidades sanitarias que se traducen en políticas injustas y evitables para atender las necesidades de la población con servicios básicos: agua saludable y saneamiento.

 

Pero ¿Puede ser vital el acceso de agua saludable para prevenir enfermedades?, Sí. Para Jong-wook (2004), ex  director general de la Organización Mundial de la Salud, «El agua y el saneamiento son uno de los principales motores de la salud pública. Suelo referirme a ellos como “Salud 101”, lo que significa que en cuanto se pueda garantizar el acceso al agua salubre y a instalaciones sanitarias adecuadas para todos, independientemente de la diferencia de sus condiciones de vida, se habrá ganado una importante batalla contra todo tipo de enfermedades».

 

Entonces, cómo se puede hablar de la prevención de las enfermedades como el dengue, y a través de la transmisión de mensajes, si estas necesidades básicas no son cubiertas por el gobierno y cuando las personas no tienen el protagonismo sobre su salud.

 

En el 2011, en el VRAEM sólo el 42.9% de las familias tuvieron acceso a agua potable y el 29% al alcantarillado (CEPLAN, 2012). 

 

Resultado de esta brecha y otros factores, el 2015 en la región de Ayacucho se confirmaron 461 casos (MINSA, 2016). De ello más de 30 casos se han  identificado en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). En el 2016, según el diario Correo (2016), fueron más de 20 personas contagiadas y un muerto.

 

Del análisis se desprende que aún se tiene el enfoque de un sujeto pasivo que se encuentra indefenso frente a la influencia de los mensajes publicitarios, los que tienen la capacidad de manejar sus emociones, influir sobre sus instintos, “inventarle” necesidades y, en fin, conducirlo a hacer cosas que, al parecer, de otro modo no haría (Corrales, 2005).

 

Se debe reconocer que los mensajes por sí sólo no tienen el “poder” de generar cambios, de movilizar voluntades, más aún cuando se trata de “vender” salud. Como señala Gumucio (2002) “(…) las nuevas tecnologías de información no son suficientes por sí solas para motivar, generar el crecimiento de la conciencia crítica y producir cambios de comportamiento duraderos”. 

 

Por lo expuesto, las condiciones sociales favorables y el compromiso de las personas y comunidades  también son importantes para que este resulte, como por ejemplo el dengue en el VRAEM, que constituye un problema estructural, y que según Satriano (2015) significa la exclusión social y la pobreza que afectan a varias dimensiones de la vida de las personas debido a la inequitativa distribución de los recursos económicos y las políticas económicas, como las políticas en educación, salud, empleo, etc.

 

Cambios en el paradigma

En cuanto a la perspectiva teórica de la comunicación en la campaña nacional “Mi casa sin zancudos” del Ministerio de Salud predomina el enfoque instrumental de comunicación porque hace uso de los medios masivos para informar a la población. Asimismo, no se evidencia acciones de participación y fortalecimiento de capacidades en las personas y la comunidad para involucrarlos en las decisiones de su salud.

 

El enfoque predominante de comunicación en salud no toma en consideración los determinantes de la salud para desarrollar sus mensajes, por ello invisibiliza a las personas, homogenizando el contexto social, político, geográfico y cultural.

 

Finalmente se propone a las y los comunicadores sociales evaluar las intervenciones en comunicación y los enfoques utilizados para sacar lecciones aprendidas que permitan replantear y ajustar sus estrategias.

 

Una pregunta orientadora para evaluar nuestro ejercicio profesional sería ¿Qué han hecho las personas con los mensajes que elaboramos? ¿Los medios han sido adecuados? y en la perspectiva de empoderar al ciudadano en el ejercicio de sus derechos y deberes ¿Es posible seguir sobrevalorando y utilizando el enfoque instrumental de la comunicación?

 

REFERENCIAS:

 

AYALA, Cynthya (2011). La comunicación para el desarrollo en el plan de incidencia política y programa Mi Comunidad implementado por el CRAJPEA durante los años 2011 y 2012 en la ciudad de Ayacucho. Tesis para optar el título de Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Ayacucho: Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Facultad de Ciencias Sociales.

 

CEPLAN (2012). Plan Integral Territorial VRAEM: 2012-2016. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <http://regionpuno.gob.pe/descargas/planes/actualizacion-pdrc-2021/26-09-2012-CEPLAN-CAPACITA-2012/PEIT_VRAEM_2012_16_v11_5_mayo_2012%20BORRADOR.pdf>

 

CORRALES, O. (2005). Publicidad, consumo y gobierno de la subjetividad. Consulta: 28 de diciembre de 2016. <file:///C:/Users/ADMIN/Downloads/Dialnet-PublicidadConsumoYGobiernoDeLaSubjetividad-5242713.pdf>

 

CORREO (2016). “Nuevos casos de dengue”. Correo. Ayacucho, 17 de octubre. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <http://diariocorreo.pe/edicion/ayacucho/ayacucho-confirman-nuevos-casos-de-dengue-y-la-cifra-se-dispara-a-20-705131/>

 

GUMUCIO, Alfonso (2002). “Comunicación para la salud: el reto de la participación". Agujero Negro, núm.1, año 2002. Consulta: 14 de diciembre de 2016. <http://www.infoamerica.org/articulos/textospropios/gumucio1.htm>

 

MARTÍNEZ y OROZCO (2015). Una mirada desde la comunicación en salud a los planes de promoción de salud en Sudamérica. Casos: Bolivia, Chile, Colombia. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <file:///C:/Users/ADMIN/Downloads/DialnetUnaMiradaDesdeLaComunicacionEnSaludALosPlanesDePro-5345474.pdf>

 

MINISTERIO DE SALUD (MINSA). Consulta 30 de diciembre de 2016. <http://www.minsa.gob.pe/portada/Especiales/2016/zancudo2016/index.asp>

 

MINISTERIO DE SALUD (MINSA, 2016). Casos de dengue por departamentos. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <file:///C:/Users/USUARIO-V/Downloads/dengue.pdf>

 

OMS (2004). Relación del agua, el saneamiento y la higiene con la salud <http://www.who.int/water_sanitation_health/facts2004/es/>

 

OMS (2016). Determinantes sociales de salud. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <http://www.who.int/social_determinants/es/>

 

OMS (2016). Enfermedades transmitidas por vectores. Consulta: 29 de diciembre de 2016.  <http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs387/es/index2.html>

 

OMS (2016). Promoción de la salud. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <http://www.who.int/features/qa/health-promotion/es/>

 

SATRIANO, C. (2015).  Pobreza, políticas públicas y políticas sociales. Consulta: 30 de diciembre de 2016. <http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/mad/15/satriano.pdf>

 

WORLD HEALTH ORGANIZATION (1998).Promoción de la salud. Glosario. Organización Mundial de la Salud Ginebra. Consulta 29 de diciembre 2016. <http://www.bvs.org.ar/pdf/glosario_sp.pdf>

 

ZAS, B. (s.f.).La prevención en la salud. Algunos referentes conceptuales. Consulta: 29 de diciembre de 2016. <http://www.psicologia-online.com/colaboradores/barbara/prevencion/>

 

Contenido > Revista Communicare Año 01 / Nro. 04 (Octubre - Diciembre, 2016)