Excelencia versus mediocridad en la formación y ejercicio profesional del comunicador(a) social

 

 

Los editoriales de la revista Communicare están enmarcados en sus siguientes objetivos: compartir conocimientos, aprendizajes y reflexiones sobre los aportes de las Ciencias de Comunicación y de quienes la ejercen; compartir experiencias a favor del desarrollo humano, social y sostenible del país; compartir experiencias sobre el fortalecimiento de la identidad y dirección corporativa de las organizaciones; compartir experiencias de desarrollo profesional, formación humanística y desarrollo del pensamiento crítico; asimismo, reconocer y valorar el desempeño ético y competitivo, el aprendizaje reflexivo, el liderazgo, la creatividad, la innovación, la visión integral y estratégica, y el análisis crítico para el diseño, la implementación y la evaluación del componente comunicacional; reflexionar sobre la sensibilidad humana y las diferentes facetas del Comunicador(a) social, y la importancia de vivir en principios y valores universales, el respeto por los Derechos Humanos, el respeto por la naturaleza, etc.; es decir, encaminados hacia la excelencia profesional, mejora continua, identificación, compromiso, vocación y responsabilidad; por lo tanto, el presente editorial debería continuar encaminado a los objetivos descritos; sin embargo, esta última semana del mes de setiembre (2016), un hecho en particular de un grupo de comunicadores(as) sociales ensombrece el desempeño de quienes ejercen la profesión con dignidad humana, de quienes viven en principios y valores universales, respetuosos de los Derechos Humanos y la Naturaleza, entre otras cualidades humanas. ¿Habrá que añadir un objetivo más como exponer indicios y/o evidencias de presuntas prácticas deshonestas, faltas administrativas y/o delitos de corrupción de comunicadores(as)?

 

El hecho particular se describe en uno de los artículos contenidos en la presente edición; no obstante, amerita en esta oportunidad una autocrítica introductoria sobre el ejercicio profesional de los comunicadores(as) sociales.

 

¿Por qué hemos elegido la carrera Ciencias de la Comunicación?

Además de las respuestas personal y social de cada uno(a), hemos elegido Ciencias de la Comunicación —en sus diversas especialidades: Comunicación para el Desarrollo, Comunicación Corporativa, Marketing y Publicidad, Producción Audiovisual y Diseño Gráfico, Artes Escénicas, Periodismo, etc.— para diseñar, implementar y evaluar planes y/o estrategias de comunicación; para gestionar con transparencia, honestidad y efectividad una comunicación participativa en los programas y proyectos sociales, así como gestionar la identidad y dirección corporativa en un entorno cambiante y competitivo, en el marco de una vida en principios y valores universales (Justicia, paz, honestidad, coherencia, magnanimidad, responsabilidad, compromiso, respeto, bondad, servicio, etc.), respetuosos de los Derechos Humanos y la Naturaleza, y demás cualidades humanas; elegimos Ciencias de la Comunicación para generar conocimiento científico ético a favor del desarrollo humano, social y sostenible de las regiones y el país; establecer sinergias multisectoriales para la consecución efectiva de los objetivos y resultados institucionales; asimismo, para un pertinente y oportuno ejercicio de ciudadanía y Responsabilidad social con dignidad humana, integridad moral, competencia y excelencia profesional y ética.

 

¿Cómo explicar el desempeño individual y grupal de algunos comunicadores(as) sociales al margen de la ética profesional y/o estar inmersos en prácticas deshonestas, faltas administrativas y/o delitos de corrupción?

Como se ha podido observar, las competencias (capacidades y habilidades) del comunicador(a) social las hemos recibido de las universidades y demás espacios académicos (talleres, especializaciones, diplomados, maestrías, etc.), una que otra institución académica probablemente se haya ocupado también de la formación humanística. Entonces, ¿Cómo explicar el desempeño individual y grupal de algunos comunicadores(as) sociales al margen de la ética profesional y/o estar inmersos en prácticas deshonestas, faltas administrativas y/o delitos de corrupción? Muchas serían también las respuestas, empezando por la carencia de una educación en valores (Honestidad, coherencia, magnanimidad, compromiso, servicio, responsabilidad, vocación, etc.) en el entorno familiar, una ausente o débil formación humanística en las universidades y/o carencia de docentes referentes en competencia profesional y solvencia moral, el alto nivel de corrupción generalizada en las instituciones públicas, la naturalización de las prácticas deshonestas y delictivas en los centros laborales, la ‘viveza’, etc.

 

Al respecto, basta un análisis general para determinar cómo algunos comunicadores(as) estarían incurriendo en presuntas faltas administrativas, e incluso delitos contra la administración pública, la cual se podrá concluir a partir de la lectura de uno de los artículos contenidos en la presente edición; a ello se suman los silencios, las indiferencias y/o complicidades de algunos comunicadores(as) ante estos hechos.

 

Se podría comprender la incompetencia, la ineficiencia, la ineficacia, la carencia de experiencia profesional, la carencia de sustentos y/o fundamentos teóricos, etc. en el diseño, implementación y evaluación de las estrategias de comunicación; no obstante, se debe rechazar todo ejercicio profesional al margen de la ética profesional, al margen de Ley del Código de Ética de la Función Pública y al margen de las normas jurídicas; asimismo, exponer aquellas evidencias de presuntas faltas administrativas y/o delitos contra la administración pública, lo contrario es ser cómplice.

 

¿Qué ‘valores’ o antivalores guían a estos comunicadores(as) sociales carentes de competencia profesional y solvencia moral?

A quienes han ensombrecido el ejercicio profesional de los comunicadores(as) sociales, al parecer, ningún valor; pero sí se puede deducir que los guía la ambición y la codicia por lo material sin importar dañar y/o ‘atropellar’ la dignidad humana de las personas con el único objetivo egocéntrico de satisfacer su megalomanía, buscar un reconocimiento social, prestigio y avanzar un escalón más en el mundo laboral.

 

¿Cuáles son los principios y valores que deberían guiar a un comunicador(a) social con competencia profesional y solvencia moral?

Primero: llevar una vida con dignidad humana; es decir, respetar los Derechos Humanos de todas las personas, en el marco del derecho a la igualdad; respetar la autonomía e independencia personal y de las personas en general; vivir con integridad moral, etc.

 

Segundo: Vivir en principios y valores universales (Justicia, paz, honestidad, coherencia, magnanimidad, compromiso, decencia, sana diversión, fidelidad, gratitud, servicio, etc.).

 

Tercero: Ejercer ciudadanía y Responsabilidad social.

 

Una lección final:

HONESTIDAD E INTEGRIDAD

“Todos... [todas las personas] en algún momento nos vemos obligados a mirarnos al espejo y ver cómo somos en realidad, y cuando llegue ese día tendrá[n] que afrontar el hecho de haber vivido una vida sin virtud, [y] sin principios (…)” (Lección de honor, 2012).

 

LECCIÓN DE HONOR

 

«PROFESOR:

¿Quién era el 'pobre individuo' que le decía las respuestas?

 

ESTUDIANTE:

Un 'pobre individuo' que le di 'algunos billetes' y un buen filete.

Confío [profesor] en que esto quede entre nosotros como siempre.

Confío que así será.

 

PROFESOR:

Quiere decir [usted] que no salga y... lo acuse de mentiroso y tramposo. No, no… Soy tu profesor..., [a usted] le he fallado... como profesor.

 

Pero si me permite voy a darle... una lección.

 

Todos... [todas las personas] en algún momento nos vemos obligados a mirarnos al espejo y ver cómo somos en realidad, y cuando llegue ese día tendrá que afrontar el hecho de haber vivido una vida sin virtud, sin principios. Y le compadezco por ello. Fin de la clase.

 

ESTUDIANTE:

Que quiere que le diga profesor… Sinceramente, a quién de afuera... le importa sus principios y virtudes. Por ejemplo, usted ¿Qué ha conseguido en la vida?. Yo vivo en el mundo real, el de la gente que sabe cómo conseguir lo que quiere, y si hay que mentir y engañar no importa, de modo que voy a salir ahí y voy a ganar... (…) Quizá luego me preocupe por contribuir en algo» (Lección de Honor, 2002).

 

Contenido > Revista Communicare Año 01 / Nro. 03 (Julio - Setiembre, 2016)