Teoría vs práctica: Los profesionales de la comunicación y los desafíos que enfrentan

 

Por Yamilé Yaranga (*) y Cristina Sánchez (**)

Boletín Communicare No. 1/Año 3 │PDF

 

Más que una necesidad, comunicar es algo innato. Todos los seres humanos tenemos la capacidad de hacerlo y hemos aprendido, desde muy pequeños, algunos códigos sociales que nos lo facilitan. Lo que muchos olvidan —inclusive aquellos que se desempeñan en este rubro— es que la comunicación posee una base teórica que la sustenta, pero que a menudo es dejada de lado. Entonces, es relevante detenernos un momento y analizar si realmente tomamos en cuenta las teorías y modelos de comunicación en la labor que realizamos diariamente. En este artículo pretendemos abordar los nuevos desafíos del trabajo de un comunicador y su relación con las teorías de la comunicación; buscamos, también, posicionar este tema como un punto de partida para futuras investigaciones sobre la relación entre la teoría y la práctica en las comunicaciones.

 

Los comunicadores

El ejercicio de las ciencias de la comunicación posee un perfil que ha ido evolucionando y variando en función de las necesidades que la sociedad ha requerido. Al respecto, el comunicador Venegas Linguithy menciona que existen tres aspectos importantes cuando pensamos en el perfil profesional: lo que ofrece la universidad, lo que la sociedad y el mercado laboral demandan, y lo que el estudiante considera necesario e imperativo para su posterior desempeño profesional (2).

 

En Lima Metropolitana existen alrededor de 15 universidades que brindan formación en Ciencias de la Comunicación. Año tras año los centros de estudios modifican su malla curricular actualizando los cursos necesarios para los futuros comunicadores; pese a ello, consideramos que muy pocas universidades le dan el peso necesario a los cursos relacionados a las teorías o historia de la comunicación. Entonces, si las universidades no ofrecen la formación necesaria en estas materias ¿realmente las teorías son necesarias en el mercado laboral? o ¿acaso los centros de estudios no son conscientes de la importancia de este sustento teórico en el desempeño profesional?

 

Desde nuestro punto de vista —no hay ningún estudio de gran envergadura que lo diga—, existen dos hipótesis por las que las bases teóricas o científicas de la comunicación se ven distantes del ejercicio de un comunicador en su labor diaria.

 

En primer lugar, se ha dado una ruptura entre lo que se considera teórico y práctico; los comunicadores crean recursos o estrategias, pero pocas veces asumen que su rol funciona bajo paradigmas que los teóricos de la comunicación han estudiado. Es el día a día y el ritmo vertiginoso, el que los obliga a pensar rápido y trabajar de un modo pragmático y casi automáticamente.

 

En segundo lugar, debemos señalar que al menos en Lima no existe una responsabilidad compartida entre los centros de estudios, la sociedad y el mercado laboral en lo que respecta a alinear lo que se estudia con lo que demanda el ejercicio profesional. Muchas veces la leve teoría que se ve en las universidades no sirve o no se aplica en los centros de labores. A ello hay que sumarle el constante cambio por el que atraviesa esta ciencia del que muchos parecen no darse cuenta o no importarles.

 

Los desafíos de cara al futuro

En la actualidad, las universidades de Lima desarrollan su plan curricular buscando un punto medio y conciliador entre lo que la disciplina debe ofrecer y lo que el mercado demanda. Pero consideramos imprescindible que las casas de estudio realicen investigaciones periódicas sobre el campo laboral para un comunicador y el perfil de los profesionales que se desempeñan en el mismo. Asimismo, con el fin de ajustar el perfil de un comunicador y brindar una enseñanza responsable, también es pertinente conocer qué formación están ofreciendo el resto de facultades de Ciencias de la Comunicación. Es la manera más viable de equilibrar lo que se ofrece y lo que se necesita, lo teórico y lo práctico.

 

Por otro lado, si bien el mercado es el que dicta qué características deben tener los comunicadores, los profesionales tienen la capacidad de moldear este espacio, revalorizando y reposicionando las comunicaciones. Ello requiere que el comunicador fundamente la labor que realiza y organice sus acciones con una visión estratégica de la comunicación. Como mencionamos líneas arriba, los comunicadores no sustentan su labor de forma científica e, inclusive, muchos de ellos ni siquiera conocen las teorías bajo las cuales se rige su profesión.

 

A fin de cuentas, lo que consideramos pertinente analizar es por qué ocurre esto y cómo afecta al trabajo de un comunicador. A la fecha, no hemos encontrado investigaciones sobre el rol de los comunicadores en su sociedad (nos referimos a ellos como agentes de cambio), y menos aún sobre la relación entre lo teórico y lo práctico en esta rama. Investigar sobre esto podría aportar y potenciar los productos comunicacionales desarrollados por los profesionales de esta ciencia, ya sea un recurso o proceso. Es de suma importancia reflexionar sobre este tema y crear nuevos espacios en donde los comunicadores puedan aportar y aprender sobre su carrera para revalorizarla y reposicionarla como una ciencia, pero sobre todo, siendo ampliamente conscientes de su aporte profesional a la sociedad.

 

Referencia:

(1) El título es un producto del módulo 1, sesión 1, denominado “Teorías de la Comunicación” de Aprendes comunicaciones, 2013. 

 

(2) “Nuevo perfil del comunicador social en el Perú de cara a los desafíos del nuevo milenio”. Lima, Perú. 2001. Disponible en  http://www.calandria.org.pe/rec_descarga.php?id_rec=218

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(*) Licenciada en Comunicación para el Desarrollo de la PUCP y Especialista en Comunicaciones del Proyecto de Modernización de la Gestión de los Recursos Hídricos - Autoridad Nacional del Agua.

 

(** ) Estudiante del Máster en Dirección de la Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona - España). Consultora de comunicaciones en la Fundación Pau Casals.

 

Contenido > Boletín Communicare Año 03 / Nro. 09 (Enero - Marzo, 2015)