El recreo escolar: espacio de comunicación. Un medio de expresión para la recreación y el descanso

 

Por César Mariano Beltrán Gutiérrez

Boletín Communicare Año 2/No. 08 

 

En más de una oportunidad me ha llamado la atención aquellas ilustraciones de niños y niñas ensimismados en su interacción con los celulares a la hora del recreo escolar; asimismo, la indiferencia del profesorado por contribuir con un granito de arena a la resolución de aquellos problemas sociales que afectan directamente a los niños y niñas. Inquietud que me ha motivado a visitar algunas instituciones educativas, particularmente aquellas instituciones que se encuentran en las zonas periféricas de la ciudad.

 

Recreo escolar: Receso o recreación y descanso

Basta la experiencia, de nuestra niñez y la educación de hoy, para determinar que muchas veces el recreo escolar es básicamente un receso intermedio de las sesiones de aprendizaje, todo ello debido a la ausencia del carácter formativo de la misma.

 

Sin embargo, el recreo escolar es más que un receso de la jornada escolar, es el espacio, tiempo y la libertad que tienen los niños y las niñas para compartir libremente momentos de su vida con sus pares o la naturaleza; un espacio fundamental en el proceso de aprendizaje. 15 ó 20 minutos que se deben convertir en horas de sana diversión, socialización y aprendizajes.

 

Son momentos para disfrutar del espacio, de la libertad e interacción social con los niños, niñas y adolescentes, e incluso con los profesores y profesoras, y por ahí con un director(a) que no ha perdido el espíritu juvenil; mas no así un receso para sólo limitarse a descansar, visitar el cafetín o ir al baño.

 

Además, través de la investigación educativa, es una oportunidad para aprovechar pedagógicamente la hora del recreo y contribuir a la mejora de la formación humanística.

 

Hallazgos ;)

Afortunadamente, la sorpresa es gratificante. Los niños y niñas aún mantienen aquellos juegos infantiles, a través del cual establecen relaciones interpersonales para expresar sus emociones, sentimientos… y descargar la ansiedad y/o tensión de experimentar horas de rigidez o silencios en una sesión de aprendizaje, muchas veces tradicionales. Juegos infantiles que se desarrollan con libertad, espacios de interacción social a través del cual los niños y niñas –escasamente con la participación de los y las profesoras– encuentran un medio de expresión para la recreación y el descanso.

 

Reflexiones y aprendizajes

Uno(a) jamás deja de aprender. Por lo tanto, más aun siendo profesor(a), se tiene la mayor responsabilidad de hacer de la investigación educativa una práctica inherente al ejercicio pedagógico para encontrar posibles soluciones a los problemas educativos que puedan surgir en el aula, institución y/o comunidad.

 

Dependiendo de la formación, conocimientos, experiencias y aprendizajes algunos profesores(as) concesionaran, previa planificación formativa, mayor tiempo para el recreo escolar porque encontraran que el recreo escolar favorece también la predisposición para continuar aprendiendo con naturalidad, particularmente, la convivencia escolar.

 

La escuela, y con mayor razón la hora del recreo, debe ser un espacio de aprendizaje, entretenimiento y formación del desarrollo humano de los niños y niñas. Para ello, es importante generar las condiciones favorables, como habilitar espacios para practicar las disciplinas de fútbol, vóley, etc.; asimismo, espacios adecuados y seguros para jugar a las canicas, trompo, etc., áreas verdes, materiales pertinentes y la supervisión (respeto de los espacios ocupados, abusos de los mayores, etc.) para una adecuada formación humanística de los niños y niñas.

 

En consecuencia, no estaría por demás promover juegos infantiles para mejorar el nivel de convivencia escolar, desarrollar y fortalecer las habilidades sociales, cognitivas y control de emociones a través de la sana diversión, y cultivar los cimientos de la amistad.

 

El recreo es el único momento, en la institución educativa, durante el cual los niños y niñas tienen también la oportunidad de experimentar el proceso de la socialización y fortalecer la habilidad de la comunicación; además, al estar expuesto al aire libre, implícitamente están realizando actividades físicas, a través de los juegos infantiles, que favorece la salud de la niñez, y el desarrollo social y cognitivo, al crear, recrear, experimentar, descubrir y practicar nuevas habilidades.

 

El recreo es un derecho y no un privilegio

Al respecto, la Declaración de los Derechos del Niño –y Niña– reconocen a los niños y niñas el derecho a desarrollarse física, mental, social, moral y espiritualmente con libertad y dignidad.

 

Incluso tres de los diez principios de la declaración señalan que los niños y niñas tienen el derecho a la comprensión y al amor de los padres y la sociedad –como la escuela y la comunidad–, tienen el derecho a las actividades recreativas, y tienen el derecho a ser educados con un espíritu de comprensión, tolerancia y amistad.

 

Igualmente, la Convención de los Derechos del Niño –y Niña–, en el artículo 27 establece que los niños y niñas tienen el derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social; y el artículo 31 establece que tienen derecho al juego, al descanso y a las actividades recreativas y culturales.

 

Está en manos de los directivos, profesores y profesoras, y los padres de familia, hacer del recreo escolar espacios de formación y desarrollo humano de los niños y niñas.

 

 

Referencia:

Convención sobre los derechos del niño. Consulta: 3 de diciembre de 2014 <http://www.unicef.org/peru/spanish/convencion_sobre_los_derechos_del_nino__final.pdf>

 

Convención sobre los derechos del niño. Consulta: 3 de diciembre de 2014

<http://www.unicef.org/lac/CDN_version_para_jovenes(2).pdf>

 

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