Comunicación y DDHH. ENFOQUE ALTERNATIVO: DESARROLLO HUMANO (DDHH) (I)

 

Por Cynthya Ayala Aybar

Boletín Communicare Año 02/No. 08

 

Desde una visión convencional (ingreso y gasto) la medición de la pobreza se evalúa a partir de ‘limitados’ indicadores de estándar de vida. En la práctica, desde esta visión convencional, no se toma en cuenta la educación básica y los servicios de salud por no tener un precio de mercado; sin embargo, los analistas recomiendan la inclusión de indicadores sociales para llegar a una EVALUACIÓN GENERAL DE LOS ESTÁNDARES DE VIDA. Por ejemplo: nutrición, esperanza de vida, mortalidad infantil, tasas de matrícula escolar.

 

Hay enfoques que no mencionan el ingreso o el gasto, pero se enfocan en el bienestar (estatus nutricional, logro educativo, estatus de salud, etc.).

 

Si bien el poder de compra es importante, también lo es el acceso a los bienes y servicios públicos. El ingreso puede ser importante para la mejora de los indicadores sociales pero no garantiza los resultados. El resultado es lo que cuenta e IMPORTA.

 

Este ENFOQUE ALTERNATIVO ha recibido el apoyo intelectual de la definición de la pobreza en términos de CAPACIDADES de Sen. Capacidades definidas como libertades substantivas que las personas disfrutan y que les permiten llevar la clase de vida que ellos valoran. Por ejemplo, continuar estudios superiores, acceder a servicios de salud de calidad, oportunidades laborales, etc.

 

Desde el enfoque de DESARROLLO HUMANO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha introducido varias medidas como el Índice de Desarrollo Humano  (IDH) y el Índice de Pobreza Humana  (IPH).

 

El IDH es un indicador del desarrollo humano por país, compuesto por tres parámetros: vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno; mientras que el IPH o indicadores de pobreza son parámetros para medir el nivel de vida de los países y se concentra en tres aspectos de la privación humana: longevidad, alfabetismo y estándar de vida.

 

A diferencia de las medidas de pobreza convencional, el IPH sólo clasifica a los países debido a que los IPH nacionales –como el PBI per cápita– son medias nacionales, NO NOS DICEN NADA SOBRE LOS POBRES .

 

Es decir, no pueden ser usados para distinguir a los pobres de los no pobres. Sin embargo, para algunas medidas de DDHH son importantes. Por ejemplo, para los indicadores de BIENESTAR.

 

De esta manera, una estrategia de reducción de la pobreza que no le dé preponderancia al crecimiento que mejora la equidad es improbable que sea exitoso.

 

¿POR DÓNDE EMPEZAR PARA LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA?

Por los diferentes elementos del desarrollo humano. Por ejemplo, muchos estudios han demostrado que la educación de las madres tiene un impacto positivo fuerte sobre la salud de los niños(as). Entonces, se debe trabajar para que las niñas, adolescentes y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad.

 

Igualmente, padres que hacían uso de los medios de información masiva (Prensa, radio y televisión) tenían niños y niñas más saludables. Entonces, se debe trabajar en una producción con contenido educativo de promoción de la salud y prevención de enfermedades.

 

Estos estudios demuestran que un estado saludable mejora la atención y el desempeño de los niños, niñas y adolescentes en etapa escolar y académica.

 

DESARROLLO HUMANO Y CRECIMIENTO

Además de las interrelaciones entre los aspectos del desarrollo humano, el INGRESO ES EL RESULTADO Y EL MAYOR DETERMINANTE DEL DESARROLLO HUMANO. Ingreso logrado a través del TRABAJO.

 

Respecto al trabajo, características intrínsecas de la pobreza (falta de educación, nutrición pobre y salud pobre) tienen efectos funcionales sobre las capacidades para trabajar de los pobres.

 

Por ejemplo. Una persona bien alimentada puede trabajar más horas, consecuentemente gana más, consume más, y ahorra más y así asegura la nutrición futura y la capacidad de trabajo.

 

De igual manera, una persona con educación primaria puede optar por un trabajo de mayor salario.

 

¿Cuál es el impacto de la educación sobre los ingresos?

Al respecto, estudios demuestran que la educación incrementa los ingresos, tanto en el sector formal como informal.

 

Igualmente, la salud también ha demostrado impactos positivos sobre los salarios y la productividad.

 

Por lo tanto, sin una atención a la salud y a la educación, los pobres son incapaces de aprovechar las oportunidades de percibir ingreso que vienen con el crecimiento, y la sociedad sufre de la pérdida de sus contribuciones potenciales.

 

A continuación algunos ejemplos atípicos. ¿Por qué Sri Lanka está mejor que Guinea, si tienen los mismos ingresos (400 - 500)?

 

Podría ser porque:

 

- Los recursos generados por el crecimiento económico no son empleados para promover mejoras en otros indicadores.

 

- La estructura de incentivos y de inversiones complementarias necesita asegurar que la sociedad (especialmente los más pobres) coseche el máximo beneficio (ingresos, salud, educación, etc.).

Por otra parte, se puede disfrutar de los beneficios de una salud y educación de calidad sin necesidad de incremento en el ingreso.

 

El crecimiento –económico– no necesariamente implica PROGRESO SOCIAL. Asimismo, mejoras en salud y educación no necesariamente conducen a INGRESOS ALTOS.

 

Sin embargo, el buen uso –de parte del Estado– de los beneficios del crecimiento para financiar el cuidado de la salud básica y el acceso a la educación para todos (y garantizar las políticas de incentivos e inversiones en salud y educación) habrá beneficiado doblemente a los pobres: salud y educación de calidad, e incremento en el consumo.

 

Desde la  Comunicación

Para quienes venimos interviniendo en el tema de la educación, salud, etc. comprender estos enfoques de pobreza, por dónde empezar para la reducción de la pobreza, desarrollo humano y crecimiento, etc. son elementos de juicio que aportan información relevante para tomar en cuenta en el diseño, implementación y evaluación de los programas, proyectos y/o actividades.

 

Como refería un comentario de uno de los asociados a la primera parte del artículo, nuestro ejercicio profesional, como comunicadores o comunicadoras sociales, no se reduce a una actividad técnica de componer y presionar automáticamente una cámara fotográfica o filmadora, editar un reportaje audiovisual, diseñar un afiche, o redactar un artículo sin comprender cuáles son aquellos determinantes sociales, económicos y políticos de la pobreza.

 

Bibliografía:

Ravi Kanbur y Lyn Squire (2001). La evolución del pensamiento sobre la pobreza: explorando las interacciones. En Gerald M. Meier y Joseph E. Stiglitz (editores) (2001). Fronteras de la economía del desarrollo, el futuro en perspectiva.

 

Contenido > Boletín Communicare Año 02 / Nro. 08 (Octubre - Diciembre, 2014)