De piedras, palos y botellas: Aportes de la Comunicación para el Desarrollo en la resolución de conflictos mineros en el país (I)

 

Por Evelyn Rosario Loayza Vargas

Boletín Communicare Año 02/No. 07

 

Estimado lector: tómese un momento y observe a su alrededor. Tal vez tenga un electrodoméstico al lado, una lámpara, un escritorio o inclusive algo tan pequeño pero útil como un lapicero. Ahora bien, ¿por qué haríamos un ejercicio tan fútil como el propuesto? Lo haríamos no sólo para descansar la vista o para darnos cuenta que lo escrito puede llevarnos más allá del texto, aquí sería útil para darnos cuenta que existen muy pocas probabilidades, quizás nulas en el mundo urbano, en las cuales nuestras actividades no dependan del uso y disfrute de algún objeto que sea de metal. Es debido a esta demanda mundial que las historias de todas las civilizaciones no pueden ser entendidas sin el aprovechamiento y la gestión de los minerales.

 

Ahora bien, ya no nos encontramos dentro de la edad de bronce o en la revolución industrial, ello implica que frente a dicha necesidad se nos presentan nuevos desafíos para el aprovechamiento de dicho recurso. Uno de dichos desafíos es lidiar con todo un mercado financiero y bursátil relacionado a la producción de minerales. La variación mínima de costos de minerales como el oro, plata, aluminio, zinc, entre otros puede generar convulsión social y perspectivas macroeconómicas negativas en una u otra parte de nuestro país, continente, o inclusive en el mundo.

 

Esto hace que el manejo de los recursos naturales, con especial mención en los minerales, sea un tema complejo en países productores de esta, más aún si consideramos que los espacios de producción de minerales a nivel mundial generalmente están constituidos en territorios rurales, no necesariamente occidentalizados, donde muchas veces la población posee bajos niveles educativos y bajos índices de desarrollo humano. Es por ello que, considerando que dicha problemática es compleja, las soluciones no se realizarán mediante esquemas sencillos y disgregados de conocimientos.

 

Es así que las diversas disciplinas que constituyen los ámbitos académico-profesionales deben repensarse para aportar desde sus ámbitos de conocimiento a la solución de dicha problemática. Dichos aportes toman relevancia en temas tan complejos como las transformaciones de conflictos, el desarrollo de las personas o en el bienestar de los futuros ciudadanos y ciudadanas. Por todo ello afirmo que uno de los campos de estudio que tiene relevancia en la cuestión del manejo, uso y recurso de los minerales, así como el desarrollo de los pobladores, es la comunicación para el desarrollo.

 

Así pues, me propongo mencionar, someramente, la importancia que tiene la comunicación para el desarrollo en contextos productores de minerales. Ya que dicha tarea sería titánica reduciré el espacio de interés al ámbito peruano, ámbito que se caracteriza fundamentalmente por estar marcado por la constante conflictividad social, por ser productor de materias primas, tener marcadas desigualdades económicas, pertenecer a un mundo globalizado pero con un escaso desarrollo en el reconocimiento de su diversidad cultural. Intentaré por ello señalar los aportes fundamentales que la comunicación para el desarrollo puede otorgar al conocimiento de la problemática y al manejo, sobre todo del conflicto del ámbito de industrias extractivas, con énfasis en el sector minero en el Perú. Esto no implica que dicha tarea no pueda ser de utilidad en perspectiva comparada, ni mucho menos que idealizaré a la comunicación para el desarrollo como la “receta mágica” para todos los problemas, sino que si deseamos realmente una solución adecuada, consensuada y con vocación de permanencia los comunicadores tenemos algo que decir.

 

1. Está complicada la cosa: Minería y Conflictos

Para poder entender la dimensión de la complejidad de la minería en nuestro país es necesario conocer el cambio revolucionario (Arellano: 2011) llevado a cabo a nivel mundial durante la segunda mitad del siglo XX en relación a la minería. En el ámbito laboral se desarrollaron dos factores. Un primer factor que propició este cambio fue el perfeccionamiento de los sindicatos de trabajadores, permitiendo que ellos tengan un cierto grado de conciencia sobre sus derechos; un segundo factor fue la aparición de regulaciones laborales nacionales e internacionales que ocasionaron un aumento en los presupuestos de las empresas mineras. Ambos factores, sumados al descenso en los precios de los metales hicieron que la minería tradicional sea un negocio complicado.

 

Fue este contexto que propició un cambio de dirección. Este consistió en el impulso de una industria minera moderna cuyo objetivo era conseguir la mayor cantidad de minerales posible a cambio de un uso mínimo de mano de obra. Entonces empezó a aparecer la minería de tajo abierto. Este tipo de minería demandaba mayores cantidades de agua y tierra lo que a su vez ocasionaba que el relave generado contaminara los recursos hídricos de las comunidades. Ello hacía que la minería no solo perjudicara a las comunidades a través de una disminución de oferta laboral sino que, a su vez, empezó a afectar a un mayor número de personas dentro de sus zonas de intervención. Es en este punto que los conflictos entre empresas mineras y las poblaciones se posicionaron con mayor énfasis.

 

Como mencioné al inicio nuestro país goza de grandes cantidades de recursos minerales, es por ello que no somos ajenos a la conflictividad de la minería ocasionada por el fenómeno mundial del “cambio revolucionario”. Frente a dicha situación se configuraron dos perspectivas.

 

La primera se despliega a través de la élite económica, empresas mineras y gobierno central que consideran que las comunidades no son capaces de beneficiarse de la riqueza en minerales que tiene el país; a su vez, culpan de la pobreza y del descontento social a la falta de inversión en explotación de recursos naturales. Según esta visión, la solución vendría dada por la creación de condiciones adecuadas para convertir al país en un lugar atractivo para las inversiones privadas en el sector extractivo y así poder hacerle frente al “retraso” del Perú rural.

 

La segunda es la percepción de la población , consistente en asegurar que los gobiernos y la élite económica son los únicos beneficiarios de la explotación de los recursos minerales excluyendo así a los pobladores del desarrollo y condenándolos a la miseria. Para ellos, el canon minero no compensa de forma alguna los problemas generados por las actividades de la minería ni la cantidad de minerales extraídos de sus tierras.

 

Es interesante observar que cada actor que se involucra en las actividades de la minería no mantiene una percepción diferente de esta, sino, más bien, se agrupan entre así. También cabe resaltar la coincidencia de ¿intereses? del Estado y la empresa minera en cuanto a considerar a la población como incapaz de aprovechar sus recursos.

 

Es con respecto al Estado que me gustaría hacer algunas precisiones.

 

Que si, que no, que nunca te decides…

 

Quisiera establecer la paradoja del Estado Peruano en cuanto a su relación con los conflictos sociales. Por un lado tenemos a la PCM y la Defensoría del Pueblo, quienes tienen un papel de mediadores y veedores de los procesos de los conflictos sociales y quienes también, a paso lento, vienen intentando establecer procesos de dialogo como solución de los conflictos. Por el otro lado se encuentra el Ministerio de Economía y sus ya conocidas medidas de promoción de la inversión privada. No debemos olvidar además que una de sus últimas intervenciones, la llamada “paquetazo Castilla”, se caracterizó por promover una reducción tributaria a aquellas empresas que tienen deuda de hasta 20 millones de soles al fisco, medida aplicable a varias mineras;

 

Ahora bien, el Ministerio de Economía no es el único órgano estatal generador de perjuicios en los ciudadanos. Basta mencionar la tenue participación del Ministerio del Trabajo en la reducción del proceso de liberalización de los contratos de trabajo que perjudican a los trabajadores de las empresas puesto que a muchos se les impediría acceder a un contrato con todos los beneficios que esto implica, o la disminución de poderes al Ministerio del Medio Ambiente y la reducción de las multas impuestas por la OEFA.

 

Todas estas medidas tienen un impacto directo en las empresas mineras pues las beneficia (económicamente y disminuyendo su regulación), mientras que deja aún más desprotegidos a los ciudadanos y ciudadanas que viven en las zonas de intervención de estas empresas. Entonces se nos plantea una paradoja en cuanto a los modelos de desarrollo que el Estado Peruano presenta: Un lado modelo puramente economicista (con la primacía del análisis costo beneficio) y un modelo que aplica cierta veeduría por parte del Estado. Tal vez por esta duplicidad de maneras de abordar los conflictos sociales es que, según reportes de la Defensoría del Pueblo del año 2013, contamos con 216 conflictos sociales cuyos 170 están en condición de activos y 46 de latentes y donde los conflictos socio ambientales constituyen un 65%.

 

De modo que somos un país con conflictos sociales desprendidos de las actividades mineras que se deben, en líneas generales, tanto a las percepciones distintas entre los actores frente a la actividad extractiva como a las discrepancias internas en la visión del desarrollo. Por ello cabe recalcar la importancia del papel del Estado frente a estas dos causas de conflictos, ya que este debería ser el primer llamado a configurarse como regulador y principal mediador. Por consiguiente, sus percepciones y visiones no deberían estar totalmente ligadas al de las empresas mineras, sino, más bien, debería buscar incorporar las percepciones y visiones del desarrollo de las poblaciones a los que en última instancia responden.

 

2. Los comunicadores para el desarrollo: ¿Qué son?

Ahora bien, todo el análisis previo me lleva a plantear la siguiente pregunta: ¿Qué es la comunicación para el desarrollo? Calma mi estimado lector, debo responder a dicha pregunta si quiero llegar a ver cuán bueno o malo puede ser la aplicación de dicha materia en el entorno anteriormente descrito. Como estudiante de comunicación para el desarrollo estoy expuesta cotidianamente a responder esta pregunta y casi siempre no doy con la respuesta más acertada, por lo que esta vez intentaré realizarla adecuadamente.

 

CONTINUARÁ ... Boletín Communicare No. 4/Año 2: “De piedras, palos y botellas (II)”.

 

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Bibliografía:

Alfaro, R. M. (2006). Sin comunicación no hay desarrollo. Lima: Asociación de comunicadores sociales Calandria.

 

F.Jaminas, J. (1975). Extracto de la filosofía de la comunicación para el desarrollo. Compendio de Comunicación para el Cambio Social.

 

Jayyaweera, N. (1987). Replantear la Comunicación para el desarrollo: una perspectiva holística. Compendio de Comunicación para el cambio social. Yaguas, J. A. (2011). ¿Minería sin fronteras?: Conflictos y desarrollo en regiones mineras del Perú. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

 

http://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/que-consiste-paquete-medidas-reactivacion-economica-n144049, visitado el 2 de Setiembre del 2014 a la 1:00 a.m.

 

http://www.muqui.org/index.php/introduccion-2013, visitado el 2 de Setiembre del 2014 a las 2:00 a.m.

 

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