Los peligros de la concentración de medios (I)

 

Por César Mariano Beltrán Gutiérrez

Boletín Communicare Año 02/No. 05

 

La historia nos ha demostrado que los principales medios de información masiva –al igual que sus periodistas y comunicadores sociales carentes de principios y valores– respondieron y responden a los intereses de la clase hegemónica, política y económica; sin embargo, no es motivo para mantenernos ajenos, sometidos, indiferentes o ser cómplices de estos atentados contra la Libertad de expresión, Derecho a la información y amenaza a la Democracia.

 

Como consecuencia de estas amenazas, la Constitución Política del Perú (1993) en el artículo 61 señala que “La prensa, la radio, la televisión y los demás medios de expresión y comunicación social; y, en general, las empresas, los bienes y servicios relacionados con la libertad de expresión y de comunicación, no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento, directa ni indirectamente, por parte del Estado ni de particulares”; por lo tanto, la Libertad de expresión así como los medios de información no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio o concentración.

 

Los peligros

Para quienes ejercen el periodismo (Producción de contenido, distribución, etc.) en estos medios, el contenido así como las líneas editoriales podrían ser fácilmente direccionados de acuerdo a los intereses de la clase hegemónica, política y económica; o generar silenciamientos o autocensuras.

 

Para las y los ciudadanos consumidores de medios (Lectores, radioescuchas y televidentes) no existiría el pluralismo informativo y cultural, perspectivas, enfoques, opiniones, cosmovisión intercultural, etc. sobre los fenómenos sociales que acontecen en la sociedad y en el mundo; menos el acceso y la participación ciudadana, elemento fundamental para promover el desarrollo humano, social y sostenible.

 

Para la democracia, basta la experiencia de los años 90 cuando los propietarios de los medios y periodistas ‘vendieron su línea editorial’ a un gobierno corrupto y violador de los Derechos Humanos, quienes usaron los medios de información masiva para sus campañas mediáticas –entre ellos las cortinas de humo– para sesgar, ocultar o transmitir información conveniente, cuestionar y/o atacar a los actores sociales y medios opositores.

 

Asimismo, recurrieron a la presión estatal para eliminar la licencia de algunos medios; intervinieron ante las instancias judiciales para silenciar las opiniones de los periodistas y propuestas de los comunicadores sociales, etc.

 

Mientras que a nivel regional y local, las autoridades hacen alianzas con la mayoría de los medios, propietarios, periodistas y seudocomunicadores sociales para informar superficialmente actividades de gestión y evitar informar aquellos actos de corrupción así como las irregularidades de las autoridades, funcionarios y asesores.

 

En cuanto a los problemas que aquejan a las sociedades y/o comunidades, el poder económico y político –a través de los medios de información masiva– priorizan sus asuntos particulares postergando las demandas de las regiones en pobreza y pobreza extrema del país, en perjuicio de los problemas sociales que afectan a millones de ciudadanos(as).

 

Soluciones y desafíos

(Próximo número) (II)

 

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