El eduentretenimiento: un modelo que se construye

 

Cynthya Ayala Aybar

Boletín Communicare Año 01/No. 01

 

 

En la actualidad existe un conjunto de enfoques y componentes que viene implementándose en los proyectos de desarrollo humano, tanto en el sector salud, educación, medio ambiente, derechos humanos, etc.

 

No es extraño el enfoque de género, interculturalidad, equidad generacional, etc. y el componente comunicacional como ejes transversales de los diferentes proyectos de desarrollo que promueven la igualdad de condiciones y oportunidades entre hombres y mujeres, la eliminación de toda forma de discriminación y violencia, el respeto por la identidad y los valores de cada cultura, toda persona –sin consideraciones de edad– tiene los mismos derechos y oportunidades, etc., son tomados en cuenta en el diseño e implementación de las políticas públicas en los diversos sectores.

 

En este marco, la comunicación para el desarrollo es un componente recientemente valorado en las últimas décadas –en Ayacucho, hace un par de años–, debido a su  importante aporte en la construcción de consensos y disensos en procesos que conllevan a mejorar la calidad de vida de las personas.

 

Al respecto, precisamente los documentos técnicos sobre los Objetivos del Milenio (2003) y Objetivos de Desarrollo del Milenio en América Latina y el Caribe (2004), reconocen el componente comunicacional y resaltan la construcción de procesos de diálogo y de creación de consensos sobre las estrategias y medidas de política para lograr los objetivos y metas, y superar las consecuencias de la pobreza y pobreza extrema como la región de Ayacucho.

 

¿Cómo nace la comunicación para el desarrollo?

La comunicación para el desarrollo nace como un proceso que permite reconocer y asumir los propios retos de una comunidad, bajo el marco del respeto, la valoración a la propia cultura y revalorando sus saberes y experiencias para proponer alternativas de solución a sus dificultades.

 

Para Alfonso Gumucio Dagron, una de las estrategias de la comunicación para el desarrollo es el eduentretenimiento, un modelo que busca educar entreteniendo a través de la combinación de novelas para radio y televisión, canciones populares, teatro, historietas impresas, carteles vistosos, etc., todo ello complementado con componentes de comunicación interpersonal y de estrecha vinculación entre las acciones de comunicación y los servicios públicos.

 

Este modelo, que se adapta a los contextos culturales locales, ha tenido éxito en algunos países basándose en la premisa de que las personas aprenden mejor cuando se identifican con “modelos sociales”, ya sean reales (deportistas, cantantes, actrices, etc.), o ficticios (personajes de novelas o de dibujos animados), y cuando reciben estímulos a través de mecanismos emocionales.

 

Existen varias experiencias de intervención con este modelo, en la que cada una se ha construido con aportes desde la cultura local, desde las tradiciones y desde las prioridades seleccionadas localmente, donde los contenidos prioritarios se deciden localmente, al igual que las herramientas de comunicación, que generalmente combinan acciones con varios medios y recursos.

 

Sin duda un modelo que para nosotros, los comunicadores sociales, debe ser el punto de partida para la discusión teórica y debates e implementación en los proyectos de desarrollo humano que promueva un mayor enriquecimiento teórico y práctico.

 

Para generar una reflexión sobre lo expuesto, planteo la siguiente pregunta y abrir aún la discusión. Si bien el eduentretenimiento es un modelo que a la vista de los especialistas ha generado aportes importantes sobre todo en los servicios de salud, como comunicadores ¿Cuánto de porcentaje de educación  y cuándo de entretenimiento estamos dispuestos a implementar en nuestros trabajos?, por su cualidad la ciencia no es hermética y cada opinión sustentada es un aporte para seguir construyendo nuestros conocimientos.

 

Contenido > Boletín Communicare Año 01 / Nro. 01 (Enero - Marzo, 2013)